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PUBLICACIONES DEL GRUPO LIBERTAD Y DEMOCRACIA
Los abajo firmantes manifestamos nuestro más firme compromiso con las sociedades libres y el sistema democrático de gobierno, tanto en el mundo como en nuestra región. De todas las formas de organización social conocidas, esta es la única capaz de garantizar la libertad, el progreso, la justicia y la sustentabilidad.
Es con esta convicción que nuestro grupo asume la tarea de combatir las dictaduras que todavía existen en América Latina y el Caribe, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, y de lograr que los responsables de graves violaciones a los derechos humanos contra sus habitantes, sean juzgados con todo el rigor de la ley.
También miramos con preocupación el avance del populismo, una ideología autoritaria, irresponsable y divisiva, que se sirve de las urnas para vaciar la democracia desde adentro, cooptando la justicia, intimidando al periodismo y encarcelando a sus opositores sin ningún respeto por el Estado de derecho y el debido proceso. En nombre de un pueblo monolítico y ficticio, que solo existe en la propaganda oficial, estos regímenes autocráticos gobiernan a través del miedo y la demonización de sus adversarios, reduciendo a sus ciudadanos a súbditos y clientes. En este contexto, condenamos la persecución judicial contra la Expresidenta Constitucional de Bolivia, Jeanine Áñez, el Gobernador de Santa Cruz – Bolivia, Luis Fernando Camacho, y rechazamos categóricamente la inhabilitación de la candidata opositora al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, María Corina Machado, así como todo intento por obstaculizar las elecciones libres y democráticas en este país.
Frente a ellos insistimos en que la legitimidad democrática no se agota en el origen de los gobiernos; también exige un ejercicio de la autoridad respetuoso de la Constitución, las libertades y la legalidad dentro y fuera de sus fronteras. Por eso los participantes de esta cumbre expresamos nuestra total solidaridad con el pueblo de Ucrania, víctima de un autócrata criminal, que a través de una invasión, puso en jaque la paz mundial como nunca antes desde el fin de la Guerra Fría. Nadie que crea realmente en la democracia puede declararse neutral ni permanecer indiferente frente a los abusos, atropellos a los derechos humanos y las ambiciones imperiales de Vladimir Putin.
También, la expansión del narcotráfico transnacional en Iberoamérica y especialmente en América Latina y el Caribe, que infiltra a los poderes públicos, corrompiendo a jueces, políticos y fuerzas de seguridad, constituye una grave amenaza a la libertad y la democracia. Garantizar la vigencia del Estado de derecho democrático para todos sus habitantes y la totalidad de su territorio, y dar la batalla contra el crimen organizado, debe ser una prioridad de los gobiernos latinoamericanos, porque donde las leyes no llegan, las libertades perecen y los individuos quedan sometidos a la ley del más fuerte. Este crucial desafío seguramente demandará mayores niveles de cooperación entre países y la creación de estructuras regionales eficientes que puedan poner freno al flagelo del narcotráfico y el crimen organizado dentro de los límites impuestos por el Estado de derecho.
Asimismo, deseamos expresar nuestro total compromiso con las libertades económicas en todas sus formas. Estamos convencidos de que solo una economía social de mercado competitiva y abierta al mundo, que impulse la inversión privada y la innovación, nos permitirá desplegar plenamente nuestras potencialidades humanas y naturales, generando las condiciones para un desarrollo sostenido que erradique la pobreza y garantice mejores oportunidades y servicios públicos para todos los ciudadanos. En este sentido, la experiencia histórica muestra de un modo concluyente que reglas del juego claras, el equilibrio macroeconómico y las políticas fiscales que alientan el crecimiento del sector privado y el despliegue de la creatividad, son el único camino confiable hacia el progreso económico, social y cultural de los pueblos.
También manifestamos nuestro firme compromiso con una sociedad más justa e inclusiva que combata la pobreza y luche por una mayor igualdad de oportunidades.
Esto debe combinarse con un sistema educativo moderno y de calidad que prepare a los más jóvenes para los desafíos del futuro, garantice la movilidad social en base al esfuerzo personal y forme ciudadanos capaces de entender y ejercitar sus derechos. En ningún país de la región, la educación puede ser rehén de estructuras arcaicas, monopolios sindicales o poderes extorsivos, ni funcionar como un aparato de adoctrinamiento y subordinación.
Por último, en un contexto regional donde las ideas de la libertad y el valor de la democracia vuelven a estar bajo asedio, nos vemos en la necesidad de enfatizar que la libertad y la democracia no se reducen a un sistema de gobierno; es también una forma de vida compartida que se sustenta sobre una cultura pública de respeto por la dignidad de las personas, el pluralismo, el diálogo y la diversidad de doctrinas y puntos de vista. Por esta razón, convocamos a todos los ciudadanos de Iberoamérica a trabajar activamente en la defensa de estos valores, resistiendo las nuevas ideologías retrógradas y oscurantistas que invitan a la censura, la cancelación y las prácticas inquisitoriales con la única intención de imponer el pensamiento único y uniformar lo diverso. Lo que mantiene viva la democracia es siempre y sin excepción el ejercicio efectivo de la libertad ciudadana en el amplio e inspirador espacio de la sociedad civil.