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PUBLICACIONES DEL GRUPO LIBERTAD Y DEMOCRACIA
La cumbre organizada para este 25 de abril por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuyo supuesto objetivo es impulsar la democracia en Venezuela, puede convertirse en una validación de los intereses de la dictadura venezolana.
En todas sus declaraciones sobre Venezuela, el Gobierno colombiano omite mencionar lo más importante: la relación entre la dictadura venezolana y el narcotráfico.
Levantar las sanciones al régimen venezolano, como lo pide el Gobierno colombiano, solo beneficiaría a los corruptos y narcotraficantes, que se han hecho multimillonarios, mientras el pueblo venezolano se ve obligado a la miseria o huir del país.
Si al Gobierno colombiano en realidad le preocupa la democracia venezolana, debe exigir a Nicolás Maduro liberar los presos políticos, levantar las sanciones a líderes opositores como María Corina Machado, convocar a unas elecciones libres y transparentes, exigir que el dictador no sea candidato presidencial y expulsar a los militares rusos e iraníes, así como a los grupos narcoterroristas colombianos que operan libremente en su territorio.
La exclusión de María Corina Machado y la expulsión de Juan Guaidó de territorio colombiano solo evidencia el sesgo en favor de la dictadura, más aún cuando en días pasados el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia señaló que las “puertas estaban abiertas” para la participación de todos los sectores de la resistencia democrática venezolana.
En resumen, con esta cumbre, se puede detonar una falsa narrativa, según la cual el dictador Maduro es una pobre víctima de las sanciones, y no un violador de derechos humanos investigado por la Corte Penal Internacional, que ha hecho de Venezuela un paraíso para el narcotráfico y el terrorismo internacional y un infierno para los defensores de la democracia, la libertad y para la gran mayoría del pueblo venezolano.